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Aunque tienen algunos puntos clave similares, el cuidado del pelo chino es totalmente distinto al del pelo lacio. Por eso, entrevistamos a Blanca Díaz, estilista experta en pelo chino con más de veinte años de trayectoria que se ha vuelto la favorita de todxs. No solo porque los cortes y los tratamientos que hace restauran y transforman el pelo chino, también por su filosofía: “se trata de que la transformación vaya más allá de lo físico, cuando aprendes a conocer tu pelo, te reconcilias con él y lo tratas con amor, ese cambio es poderoso”. Aquí te dejamos sus mejores consejos para aprender a cuidar tu pelo chino.

BD: Evita usar herramientas térmicas que excedan los 150 grados. Ten una rutina especializada para tus chinos y recuerda que todo lo que hagas tiene que ser para reafirmar su forma.

BD: Preparar el pelo es fundamental para lograr un buen estilizado. Cuando apliques los productos, asegúrate de que tu pelo esté húmedo, pero no empapado. Hazlo de forma homogénea y con la técnica scrunch (apretando los chinos suavemente hacia arriba) para intensificar su estructura desde la raíz.

BD: Todo empieza por el corte, pero a partir de eso el truco es utilizar productos que no aporten peso. Lo ideal es que uses un spray sin enjuague para darle volumen a la raíz y sigas con un bálsamo o una espuma que le de forma y movimiento a los chinos.

BD: Si no te lavaras la cara en una semana, ¿cómo crees que estaría tu piel? Los mismos principios aplican con el cuero cabelludo. Puedes lavarlo un día sí y un día no; enfocándote en darle una buena limpieza con el shampoo y sin olvidarte del acondicionador, la mascarilla o ambos. Si tienes el pelo graso o sucio, sí lávalo diario.

BD: Súmale los cuidados para el pelo con color. Necesitas usar una mascarilla nutritiva especializada y complementar con un spray sin enjuague que evite el deslavado y proteja de los radicales libres.

BD: Es esencial que encuentres a un estilista especializado que sepa cortar correctamente el pelo chino para darle vitalidad y movimiento. Ve por tu corte cuando sientas que tienes puntas abiertas y ásperas o que tus rizos están demasiado relajados y perdiendo su forma. Eso sí, jamás te lo cortes sola, hasta las tijeras influyen en el resultado.

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