Aunque no es oro todo lo que reluce, en términos cosméticos parece que sí. Este metal precioso, uno de los imprescindibles en joyería, se ha colado en algunas referencias cosméticas con la misión de aportar a tu piel un sinfín de beneficios. Pero no es algo nuevo. Ignacio Bertrand (fundador y CEO de Sofia Bertrand) afirma que “el oro es el metal que más se ha utilizado y estudiado”. Las razones son obvias: sus nanopartículas poseen una alta biocompatibilidad e interesantes usos en biología y medicina, mientras que las sales de oro tienen potentes propiedades antiinflamatorias (lo que les ha permitido ser usadas, a lo largo de la historia, para reducir la inflamación en la artritis reumatoide y la tuberculosis)”.
Si hacemos un repaso de la mano de la firma Q77+, expertos en formulaciones con oro, podemos añadir que Cleopatra se aliaba con él para crear una máscara facial nocturna que le permitiese preservar la juventud de su piel, en la antigua Roma era usado para tratar diversos problemas cutáneos, mientras que fue uno de los pilares de la medicina china antigua, como cuidado para la piel de la reina de la dinastía Qin.
“Es un ingrediente altamente estable y raramente producirá alergias. Lo único que hay que advertir es que un uso descontrolado de este ingrediente puede provocar dermatitis de contacto”, afirma Sonia Carreño, CEO de la marca Q77+. Pero vayamos por partes…
Desde Sofía Bertrand afirman que existen dos formas de incluir este metal en un producto de belleza:
En este contexto, sus funciones en un cosmético son muchas. Desde la estimulación en la transferencia entre los electrones del oro y los iones naturales de la dermis hasta la renovación celular completa al activar la energía dérmica. Pero hay más…
Al tratarse de un metal avanzado precioso, sus iones negativos estimulan la formación de colágeno y elastina, lo que influye sobre las arrugas y las líneas de expresión. “El colágeno tiende a concentrarse alrededor del oro aumentando la capilaridad (activa la circulación sanguínea lo que optimiza el aporte de nutrientes) con la mejora de la regeneración celular”, reconoce la experta. Además, al activar la microcirculación favorece la formación de células en la capa la más profunda de la epidermis mientras estimula el crecimiento celular y ayuda a disminuir las ojeras oscuras.
“Los iones presentes en el oro lo convierten en un ingrediente ideal para la conducción del calor. Esto ayuda a estimular la proliferación celular y la circulación sanguínea, lo que produce un efecto revitalizante y nutritivo. El resultado es un brillo natural en un aspecto saludable (tiene la capacidad de retener la humedad de forma duradera) con una apariencia reducida de las líneas de expresión, las imperfecciones, las arrugas y las manchas oscuras.
A nivel molecular, los radicales libres son moléculas que tienen una cantidad desigual de electrones. En este contexto, 'roban' electrones de moléculas saludables a través de un proceso llamado oxidación que causa daño a las células de la piel y desencadena el proceso de envejecimiento prematuro, creando arrugas e imperfecciones dérmicas. El oro impide la formación y acumulación de radicales libres. Además, este metal activa la respuesta inflamatoria de la piel, lo que consigue “una ralentización de la secreción de melanina, lo que repercute en una reducción de las manchas que acompañan el envejecimiento”, afirma la experta.
Cuando se presentan acompañadas de otros ingredientes, las nanopartículas de oro facilitan su penetración gracias a su no toxicidad general y a su diminuto tamaño, que les permite llegar a más profundidad.
Eso sí, debes fijarte en la concentración de oro que incluyen tus cosméticos y, aunque suene absurdo, si realmente es oro (existen algunos activos a los que denominan así simplemente por su color). Si aparece entre los primeros ingredientes de la lista de componentes, indica que la concentración es significativamente mayor. Y eso suele traducirse en un precio más alto... P.D. Sospecha de los productos que contienen oro pero son muy económicos.
Con partículas de oro de 24K, Gold Regeneration Cream, de Q77+ (149 euros, en El Corte Inglés), actúa frente a las arrugas y la falta de firmeza, hidrata, reduce la aparición de manchas, mejora la circulación… Una joya para tu piel.
303 Gold Hyaluronic Radiant Elixir, de Sofia Bertrand (190 euros), es todo un mix de aclamados ingredientes. Entre ellos se incluye el oro a través de exclusivos péptidos que trabajan para aumentar la producción de colágeno y la elasticidad del cutis.
Se trata de una prebase de maquillaje con partículas de oro de 24 K. L'Or, de Guerlain (69,99 euros, en Sephora), aporta un extra de luminosidad y resulta perfecta para aplicarla sola o antes de una fórmula con color.
Con oro puro, manteca de karité y vitaminas E y C, 24K Pure Gold Lip Treatment, de Mimi Luzon & Irina Shayk (129 euros), incluye dos pasos, compuestos por una mascarilla y láminas de 24k. Su misión es reparar, revitalizar, reparar e iluminar una de las zonas más sensibles del rostro.
Específico para los ojos, añade su inédito Pure Gold Diffusion System. Pure Gold Radiance Eye Cream, de La Prairie (518,40 euros, en El Corte Inglés), es una fórmula que hidrata, nutre, reduce el aspecto de bolsas y ojeras e ilumina con intensidad.
Aunque no es oro todo lo que reluce, en términos cosméticos parece que sí. Este metal precioso, uno de los imprescindibles en joyería, se ha colado en algunas referencias cosméticas con la misión de aportar a tu piel un sinfín de beneficios. Pero no es algo nuevo. Ignacio Bertrand (fundador y CEO de Sofia Bertrand) afirma que “el oro es el metal que más se ha utilizado y estudiado”. Las razones son obvias: sus nanopartículas poseen una alta biocompatibilidad e interesantes usos en biología y medicina, mientras que las sales de oro tienen potentes propiedades antiinflamatorias (lo que les ha permitido ser usadas, a lo largo de la historia, para reducir la inflamación en la artritis reumatoide y la tuberculosis)”.