Mascarillas faciales con purpurina de Glam Glow
El mundo de la cosmética y belleza ha experimentado uno de los cambios más importantes en los últimos años. Concebida como una industria en la que los clientes buscan mejorar su apariencia estética, las firmas han construido un nuevo escenarios que se distancia de la imagen para promover el cuidado personal. Los peelings, las mascarillas de velo, los parches para los ojos y una amplia lista de tratamientos se han posicionado como las nuevas rutinas para reparar la piel.
El uso de mascarillas faciales de barro, velos hidratantes y parches para los ojos es una de las principales vías a través de las que el usuario cuida su piel a diario. Actualmente existe un gran número de mascarillas y tratamientos faciales que han ido un paso más allá para buscar nuevos ingredientes, como el oro o el carbón, además de la innovación mediante mascarillas de purpurina. Cada una de ellas tiene un efecto distinto y, mientras que algunas aportan luminosidad e hidratación que prepara la piel antes de salir de casa, otras tiene el objetivo de reparar el rostro y reducir los síntomas de fatiga.
Uno de los efectos más buscados en el uso de mascarillas faciales es la hidratación y luminosidad de la piel. A través de distintos métodos, como los velos faciales o las mascarillas líquidas, la industria de la cosmética ha apostado por una amplia gama de productos que revitalizan la apariencia del rostro mediante el uso de distintos elementos como el ácido hialurónico, vitaminas, aceites y otros componentes naturales. Este tipo de tratamientos, más allá de aportar suavidad y eliminar la tirantez de las pieles secas, es un método útil tanto para los rostros deshidratados como una base previa al maquillaje.
Aunque parezca uno de los tratamientos más excéntricos, el uso de oro líquido o en láminas para mascarillas faciales se ha convertido en el nuevo producto estrella. Existen numerosas leyendas que apuntan a que Cleopatra usaba mascarillas faciales de oro para dormir y con las que conseguía rejuvenecer su rostro. Actualmente las firmas líderes en el sector han desarrollado distintos tratamientos que usan los efectos del oro para aportar tanto luminosidad a la piel como reducir los efectos del envejecimiento y eliminar arrugas o manchas en la propia piel.
Inspiradas en los tratamientos de belleza coreanos que buscan conseguir una piel de porcelana, las mascarillas de carbón se han convertido en las más demandadas de los últimos años. Los distintos tratamientos que usan el carbón mezclado con otros componentes no solo buscan potenciar la elasticidad y apariencia de la piel sino que están centradas en eliminar toxinas e impurezas además de reducir el tamaño de los poros. Mientras que las mascarillas iluminadoras e hidratantes son una vía rápida para mejorar el rostro antes de acudir a un evento, los tratamientos de carbón están pensados para limpiar y purificar la piel de forma rutinaria.
Siguiendo la tendencia de los productos naturales convertidos en mascarillas y exfoliantes, las firmas de cosmética se han sumado a la moda del uso de alimentos para el cuidado de la piel aprovechando sus múltiples beneficios. El uso del azúcar es uno de los ingredientes más usados en distintos tratamientos de belleza gracias a sus propiedades que permiten retener la humedad de la piel además de exfoliar para retirar impurezas y células muertas. A diferencia de otros tratamientos, los exfoliantes de azúcar abren los poros para limpiar por lo que no se debe usar más de una vez por semana.
Las mascarillas de purpurina han liderado la vuelta de los tratamientos faciales y el cuidado personal además de convertirse en un fenómeno para las redes sociales. Junto con la aparición de firmas como Glam Glow, que se dedican exclusivamente a la fabricación de mascarillas con brillo y purpurina, la industria de la cosmética ha desarrollado distintas fórmulas que juegan con la imagen del propio producto en mascarillas líquidas que aportan una piel suave, tersa y brillante. Como la mayoría de mascarillas, el líquido con apliques de purpurina se aplica alrededor de la piel hasta que quede completamente seco, formando una película que se retira tras 15 minutos.
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